De mi hermana no he vuelto a saber nada desde aquel día en que se casó con ese hombre mediocre. No es algo que me interese tampoco.
Después de haber pensado mucho cuál quería que fuera mi destino, estoy segura de que elegí la mejor opción. Me he convertido en la mejor dentro de mi profesión. Y no solo en mi país, sino en el mundo entero. Muchos me admiran, muchos me critican, y algunos hasta me quisieran matar. Así es: defiendo y protejo a “gente mala” como dicen por ahí. Narcotraficantes, asesinos y políticos corruptos son mis principales clientes. Están muy contentos con mi trabajo.
Esta situación me ha traído el éxito que siempre deseé. Tengo mucho dinero, casas, carros, barcos, aviones, y viajo a todas partes del mundo, lugares incluso que antes nunca hubiese imaginado que existían.
Pero sí, también soy una mujer un poco sola. Tengo dos amigos: Maurice, un chico francés muy bien parecido, pero no es mi tipo; y Nahieli, una linda abogada holandesa que, aunque es muy inteligente, se enamoró. ¡Qué manera de desperdiciar la vida!
Hace un mes en un viaje de negocios, conocí a alguien. Su nombre: Armando. Sin dudarlo son los ojos más hermosos que he visto en mi vida. Me cautivó con su mirada, su aroma y todo su ser. Fueron días maravillosos a su lado. Pero tuvimos que tomar una decisión muy importante. Él es uno de los empresarios más importantes del mundo, viaja demasiado, y al igual que yo valora mucho su libertad y todo por lo que tuvo que pasar para llegar hasta donde está. No lo sé... Tal vez algún día...
El amor nunca fue ni ha sido ni será una prioridad para mí.
El amor nunca fue ni ha sido ni será una prioridad para mí.
¡Enamorada yo, ja! Hubiera sido una situación muy cómica.
A veces recuerdo el miedo que sentí cuando se anunció que la vida de muchas personas cambiaría drásticamente. También llegan a mi mente los momentos en los que mi familia se despedía de mí, pues tenían que ir a vivir a otro lugar.
Pero ahora sé que todo eso fue lo mejor.
En definitiva soy una mujer exitosa. Y sí, también una mujer feliz. ¡Una estrella, pero ya no fugaz!